Arrancamos...

Estos somos nosotros, por Celeste Maikel, genial fotógrafa, amiga y compañera fundamental en este camino que arrancamos un par de meses atrás desde Nono, provincia de Córdoba.
Esta foto es en el Pucará de Tilcara, Jujuy, hace unos dias, desde entonces rodamos un poco y ahora escribimos desde Potosí, Bolivia.
Los lugares se suceden, las personas, las vidas, todo pasa y todo queda...
Asi fue que desde Nono, tras vivir un mes en la estancia albergue Los Nogales, formando un grupo de vida en armonia y alegría, del que no fue nada facil despegar, lo hicimos y nos fuimos a La Rioja, Chilecito nos dio una de esas agradables sorpresas que te da el viajar sin destinos del todo planificados, y su imponente cordón de Famatina (que se había pintado de nieve para nosotros un día antes de nuestra llegada) y sus buenas, muy buenas ventas nos lanzaron hacia Catamarca con un envión grandioso. Llegó Londres, visitamos las ruinas incas del Shincal, un lugar con esas energías que te quedas procesandolas muchos dias mas, y cada vez los encontras mas lindos. Después Belén como punto intermedio para ir a Andalgalá, sin embargo la salida no fue facil y esperamos unos dias en un bonito y gratuito camping en el que conocimos a Diego y Ani con sus hijos Mateo y Maitena (America Sustentable) que viajan desde Bariloche en una VW Combi que directamente puede ser la obsesión y fantasía de cualquier viajero. Con ellos y su grandiosa buena onda volveríamos a vernos mas adelante como todos sabiamos que iba a pasar. Unos dias en Andalgalá y sus bellas piedras rosadas, su frío y lluvia y la mejor ducha de todos los tiempos con un calefón a leña que gritaba gloria a fogonazos y pasamos a Tucumán que nos regala a los ojos y al corazón una nevada magica entre cerros, quebradas y vegetacion blanqueada que nos hizo ser niños de nuevo y sonreir de la emoción un rato bien largo. Una noche de paso en Monteros, un poco en la central de Bomberos y otro en un hotel y al dia siguiente un gran dedo con gente de Santiago del Estero nos llevó hasta Amaicha del Valle, previo paso visual por Tafí del Valle y El Infiernillo, sintiendo ya que avanzabamos firmemente en el espacio mas que en el tiempo y que crecía tambien y tan bien nuestro nosotros, nuestro tacto y contacto, nuestro amor. Hasta Cafayate nos llevó otro dedo, viñedos y bodegas con sus ricos vinos nos regalaron una linda tarde de sol y risas por la ruta, empanadas, el reencuentro con Diego y Ani, el hígado a la criolla que Martita regala cada dia mas delicioso, y una linda venta antes de irnos nos dejó listos para transitar el imponente paisaje de la quebrada que nos acompañó hasta Salta capital. Que lugar mas loco, de donde salieron esas montañas, esas formaciones de otro planeta? Sencillamente lo disfrutamos ni mas ni menos. Salta ciudad llena de gente, autos, cosas, nos confirmó en unos dias que preferimos los lugares mas chicos, mas tranquilos, mas intimos. Igual nada de queja, con una bella casa a nuestra disposición descanzamos, paseamos, producimos, comimos, feriamos un poco con un mas que agradable grupo de viajeros, entre ellos Jorge y Flor (Pasos Compartidos) que justamente ahora estan con nosotros, todos juntos en Potosí, Jorge en la computadora al lado de Martita y Flor cocinando fideos abajo) y despues de ver a Los Nocheros el 25 de Mayo entre unas miles de personas recibiendo sus melosaas melodias nos reencontramos con Celeste Maikel!!! despues de unos cuantos meses. Vacuna de fiebre amarilla para Martita, Diego, Ani y sus chicos y en la combi todos para Jujuy. Purmamarca breve pero siempre hermosa y a Tilcara, a lo de Sol, amiga de nuestra adorable amiga Nadina, que desde Nono nos habia hecho el contacto. Unos dias mas entre visita al Pucará, tardes de feria, ricas comidas comunitarias, mucho frío y charlas escenciales de a 3 mirando montañas nos fuimos a La Quiaca. Y ya cruzamos a Bolivia y ya estamos acá en Potosí en el Koala Den, yo, dos años despues de nuevo acá, nuevo de alegria nueva.
Bueno, ya suficiente.
Chau amigos, abrazamos el espacio que nos separa hasta casi tocarlos con nuestros brazos.